martes, 10 de abril de 2012

Pintxo

  Al leer hoy el correo, he visto el mensaje de un amigo en el que me decía que su gato, Pintxo, murió hace unos días.

  Cuando tienes una mascota, inevitablemente se convierte en un miembro más de la familia, como norma general. A no ser en el caso de las alimañas que dejan a los pobres animales tirados por ahí o los matan o a saber (de todas formas, como estos zopencos no merecen ni un solo minuto de mi tiempo, no seguiré por esa línea, porque me sobra).

  Al ser un miembro más de la familia, cuando el animal fallece, la separación siempre es triste. Es un viaje que, inevitablemente, todos vamos a hacer: unos antes y otros después, pero siempre lo acabaremos por hacer.

  De todas formas, cuando una mascota se va, siempre nos quedará la alegría de los momentos mágicos y maravillosos vividos a su lado y la alegría de haber hecho de su vida algo feliz, de haber logrado la felicidad de ese animalito y haber hecho su vida más fácil. Lo poco que quieren estos compañeros es comida, un hogar seguro y cariño. A cambio dan todo su cariño y su vida por nosotros. Aunque no lo notemos, incluso un hámster, un pájaro, un conejo, una tortuga... nos dan su cariño incondicional. Algunos lo muestran más, como los perros y los gatos, y otros no lo muestran de una manera tan clara. Pero estoy seguro de que, cuando mueren, sus recuerdos más felices con sus dueños les acompañan.

  Y estoy seguro de que allí nos esperan, aunque haya gente que diga que no tienen alma y que no pueden ir al cielo, me resisto a creer que no nos esperen allí.

  Para más información...

http://www.adiosamigo.es/el-cielo-de-los-perros/gatos.html

http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=813

http://www.whiskas.es/seniors-insight-%C2%BFc%C3%B3mo-decirle-adi%C3%B3s.aspx


  Dedicado a Pintxo y a sus dueños. Pintxo siempre estará
en vuestro corazón.