jueves, 17 de noviembre de 2011

La boda de Joyfe y Mediloqui

   NOTA: esta entrada se la debo a Joyfe y a Mediloqui desde el día 10 de septiembre, que fue su boda. Sin embargo, entre unas cosas y otras, al final no he podido hacer nada. Bien, pues aquí va (como dice el refrán, nunca es tarde si la ducha es buena...).
 Acabo de volver de la boda de Joyfe y Mediloqui. La han celebrado al estilo más clásico, con todos los invitados de chaqué o bien de traje y las invitadas de vestido. La misa fue en la basílica de la Virgen Milagrosa, en la calle García de Paredes, en Madrid.










  Tras las fotos de rigor con el novio (de las cuales se encargaba Rober2D2), Rober2D2 y Dentarg se fueron en taxi a la iglesia, mientras Darwon, Eza y yo íbamos en autobús, con el subsiguiente cachondeo de "se me resbalan los pantalones del asiento y voy tumbado" y otras cosas más.

  Ya en la iglesia, nos asignaron la tarea de repartir los folletos del enlace con toda la misa. A las 18:15 empezó la celebración y a Dentarg le tocó leer la segunda lectura, a mí una de las peticiones y a Darwon, Dentarg y Rober2D2 firmar como testigos de la boda. La ceremonia fue preciosa y sencilla. Habían contratado un pequeño grupo de música clásica y tocaron y cantaron música de Pachabel, Händel, Bach, Cherubini... una preciosidad.

  De la iglesia, al cóctel, en el hotel Intercontinental, apenas a unos metros de allí. Cóctel con mucho jamón serrano (¡ñum!) y varios fritos (gambas con gabardina, croquetas...). Hasta había una especie de caramelos de faisán (¡aj!), de los que me comí uno para ver a qué sabían y, por si fuera poco, me tocó el único cacho de perdigón que tenía el bicho y casi me dejo un diente... ^^'

  Tras el cóctel, la comida, que empezó sobre las 20:30 más o menos. El menú consistía en Gazpacho de fresón de Aranjuez, hojaldre relleno de gambas y champiñones con cebollitas al noilly prat (?) (pero estaba muy bueno), granizado de champagne...

  Gran jolgorio en la comida, con sorbos intencionados al oído de Darwon que, entre risa y risa, no podia probar bocado. Además, la juerga se extendió rápidamente a toda la mesa con el ruido de sorber la sopa, mientras Darwon intentaba -sin éxito, eso sí- por todos los medios comer sin ser molestado. Dentarg andaba diciendo que qué asco, mientras Eza y yo nos partíamos de risa y no podíamos articular palabra. Un desparrame en toda regla. La comida, buenísima, como ya dije antes, y los postres estaban de muerte (para muestra, una foto, je, je). Ah, y además, juerga con el fuaj de pato y el solomillo crudo (poco pasado para mi gusto, que me gusta como suela de zapato...).

  Ya en el baile, Dentarg se puso a cantar la canción de "apaga luz, Mariluz" pero con la letra "apaga luz, Mariluz, apaga luz, que te vamos a dar lo tuyo, Mariluz, te vamos a hacer un bukakke" y no sé cuántas burradas más, ante los atónitos ojos de Rober2D2 y las carcajadas de Darwon, Eza y yo. Sí, la verdad es que Dentarg ahí iba ya bastante perjudicado el hombre, pero... ¡qué demonios! Una boda es una boda.


  Un rato más tarde, probé el mojito cubano, por curiosidad, porque olía muy bien a menta, y me supo a rayos. Normalmente, no bebo, pero quería probar el sabor, porque olía muy bien, a hierbabuena. Para quien no lo sepa, el mojito lleva hierbabuena, ron, limón y azúcar. Sinceramente, lo pedí muy rebajado, con poco alcohol, pero... ajjj. En fin. Olvidable (aunque ví a gente que se los tomaba de cuatro en cuatro y llevaba una tajada de narices).


  Lo mejor de la barra libre: las chuches. Barra libre de chuches: nubes, gominolas, caramelos... (ñum). Y a eso de las 2:20 o así nos retiramos ya por el cansancio y el dolor de pies, que los zapatos de vestir nos estaban matando. Nos retiramos con el canto del gallo. No, no es que el gallo cantase a esas horas, ni que hubiese algún gallo por ahí. Es que en la sala de abajo del hotel estaban haciendo un karaoke y una tía cantando "y ya no puedo más", soltó un pedazo de gallo que nos echó directamente del hotel, de lo que desafinaba la tía... Salimos corriendo -literalmente- de allí y nos fuimos a la parada del autobús. Bueno, excepto Darwon y Eza que se fueron en taxi. Los demás, al transporte público y a dormir la medio mona que llevábamos ya unos cuantos encima entre tanto mojito, granizado de champagne, licor de hierbas y demás.

  Muy buena boda, y, desde luego, muy divertida. De lo mejorcito. Y, encima, en una compañía inmejorable. Creo que nunca me voy a olvidar de las carcajadas a lo largo del día. Y tengo fotos que lo demuestran, pero que dormirán en el archivo de los documentos secretos... excepto para sacarlos y reírnos cuando nos queramos acordar de la boda.