lunes, 22 de marzo de 2010

El cumple de Darwon: Partida (II)

     La aventura empezó en una posada. El nombre de la posada no importa, porque estaba en un pueblo de mala muerte cuyo nombre no importa tampoco.

     Los aventureros se reunieron en la posada, pobre, casi sin decoración, para fundar una compañía en busca de aventuras. Les ofrecieron 300 monedas de oro a cada uno si accedían a recuperar un objeto de una cueva, defendido por un monstruo, y ahí fueron ellos a alistarse. Estaban Darax Mazagris, un enano clérigo, Triple X, un arquero elfo de gran reputación, Eza, una avezada ladrona callejera, El Nano Berrako, un gnomo con mucho temple y una gran maza, Yoli, hechicera de guerra de gran renombre... y en la barra, un clérigo dando buena cuenta de todas las bebidas espirituosas del local.

     Allí estaban los aguerridos aventureros, reunidos, cuando de repente entró un gran mago elfo, presentándose como Link y diciéndoles que él les llevaría a la cueva, pues sabía exactamente como ir. Cogió un palo, lo puso sobre una mesa, sujetándolo sólo con su dedo índice... dejó caer el palo y exclamó:

- Es por allí (señalando la dirección del palo).

     (Tras las risotadas varias y alguno que otro enjugándose las lágrimas) Los aventureros le preguntaron al posadero dónde estaba la cueva. Obviamente, estaba del lado contrario a donde había dicho el "gran mago" Link, que se quedó de esta guisa.

     Así, todos dijeron que necesitaban caballos y equipo, pues la cueva estaba a 10 kilómetros de allí. Link les detuvo y les dijo:

- ¡No! No hace falta que compréis caballos. Yo os proporcionaré el medio de transporte. ¡¡TRANSPORTE DE LOS DIOSES!! - dijo gesticulando.

     La posada hizo KA-BUMMMM y bajo los escombros se podía oír al posadero decir con voz ahogada:

- ¡¡Mi posada!! ¡¡Mi posadaaaa!!

     Para aliviar los males del pobre hombre, Yoli, la maga de guerra, empezó a cantar, a lo que el (¿príncipe?) Phil le intentó animar diciendo que las posadas venían y se iban y que las puertas siempre quedaban abiertas. Para demostrarlo, le pegó una patada a la puerta, y, claro, ésta se vino abajo.

     El pobre posadero, ya desesperado, intentó hacerse el hara-kiri con una cuchara que tenía a mano, pero el buen clérigo Phil, entristecido, le curó las heridas para que no se muriera, diciendo:

- ¡Pobrecito! No te mueras, no, que yo te curo.

     A todo esto, el Nano Berrako se había ido al alguacil a denunciar a Link y por allí apareció el posadero gritando como un poseso que lo detuvieran, que lo metieran en la cárcel, pero que lo libraran de esa gentuza. Y allí se quedó.

     Tras comprar el equipo y las armaduras (el enano Darax Mazagris compró un alhazán enorme del cual iba colgado de las riendas), pusieron rumbo a la cueva, donde tardaron en llegar TRES horas, porque Link había insistido en lanzar un conjuro de aceleración. Y tan acelerados iban que hasta los caracoles les adelantaban.

     Y así llegaron a la cueva.

CONTINUARÁ....

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