miércoles, 7 de marzo de 2012

El día en que me muera...

... me gustaría que nadie estuviera triste. Me gustaría un velatorio y un funeral tipo darkovano (para los que no conozcan la serie de libros de ciencia-ficción de Darkover, el término viene de ahí). Me gustaría que, en el velatorio se contaran chistes, chistes informáticos (o de otras disciplinas), se hicieran bromas, como la del babo o la de Oliver y Benji y, en general, se celebrara una fiesta en mi honor. No me gusta nada ver caras tristes, ni gente triste. Me gustaría que se hiciera una mega partida de rol o de juegos de mesa y todo el mundo se lo pasara en grande, y que pusieran música de anime (mi favorita, je, je). Eso sí, que me la dedicaran, claro está. Y el funeral, como ya dije antes, me gustaría que fuera tipo darkovano: que cada persona que acudiera, lanzara un puñado de tierra sobre el féretro, mientras dijeran una cosa buena que recordaran de mí, finalizando con la coletilla "que este recuerdo alivie el dolor". 

  Tanto los celtas como los americanos celebran una fiesta el día en que alguien querido se marcha. Además de la tristeza, intentan celebrar que ese alguien ha pasado a una vida mejor en un lugar mejor. En algunos sitios de Escocia hacen algo parecido a lo que se cuenta en las novelas de Darkover, pues al enterrar a un ser querido, dicen algo bueno sobre él (o ella). 

  Y en México y en muchos lugares de latino américa, el día de todos los santos, se va a los cementerios a charlar con los seres queridos, a comer con ellos y demás. En Japón, es un honor que derramen sake sobre la tumba de un ser querido, que lo compartan con él y que brinden a su salud. Jo, cómo me gustaría que hicieran eso por mí cuando ya no esté. Y encima poder decir que fui friki hasta el final...

  Hoy se fue un ser muy querido para mí. Alguien a quien le debo la vida. Y me siento fatal por un lado. Por otro, estoy contento porque ha ido a un lugar mejor y se ha reunido con sus seres queridos. Pero aún así duele. Por eso me gustaría que, el día en que me muera sea una gran fiesta, con chistes, con música, con juegos de rol y de mesa, pero sobre todo con alegría. Porque no me gusta ver a nadie triste. Es inevitable, por supuesto, pero me gustaría intentarlo y marcar la diferencia.

  Hay gente que piensa que un solo hombre puede marcar la diferencia. Yo no suelo pensar así. Sin embargo, miles de ejemplos a lo largo de la historia contradicen mi opinión. Ya que no marco la diferencia en nada en mi vida, me gustaría marcarla de otra forma. Y me da igual si me tachan de loco, friki, estúpido o lo que sea. Lo mejor de todo es que yo soy yo. Soy friki. Soy un conglomerado de cosas que hacen de mí lo que soy, igual que hacen que tú seas tú. Pero yo soy tan raro, que me gusta marcar la diferencia en mil cosas distintas, en mil detalles distintos. 

  El día en que me muera, confío seguir haciendo reír a la gente, igual que estoy intentando hacer mientras aún estoy aquí. 

  Sinceramente, tengo unos amigos que no me merezco, porque son lo mejor que me ha pasado nunca. Tengo una familia que tampoco me merezco. Y tengo una vida que, aunque siempre me quejo porque, menos vergüenza y dinero tengo casi de todo, me gustaría vivir bastante bien. Pero no puedo quejarme porque, a mi manera, soy feliz. Claro que me paso el día gruñendo y renegando, pero es que me encanta. Y, como es gratis... :P


No hay comentarios:

Publicar un comentario